martes, 4 de septiembre de 2018

Juguetes

Hoy me he dado cuenta de que nada es permanente, nada es eterno. No es fácil llegar a esta conclusión, cuando eres feliz no quieres fastidiar el momento recordándote a ti mismo que esa alegría que sientes, que esa energía que fluye por tus venas o que esa sensación de plena libertad va a acabar en algún momento. Tampoco es fácil aceptar que todo pasa cuando estas sufriendo, cuando estás triste, cuando estás y te sientes solo, o cuando lo único que te ves capaz de hacer es derramar lágrimas, pues eso significaría que ese dolor que te está desgarrando por dentro no es tan importante, significaría que eres aún más débil de lo que pensabas, y nadie quiere ser consciente de su propia debilidad. Es en ese momento, cuando te das cuenta de que estás sufriendo por algo simplemente pasajero, que dejas de tener lágrimas que llorar, que tu respiración vuelve a un ritmo normal; es en ese momento cuando te rompes del todo, consciente de que ya nada ni nadie te va a poder arreglar, consciente de que te quedarás tirada en el desván como la vieja muñeca de cuerda que eres. Algún día alguien te encontrará, tendrá curiosidad y te pintará bonita, pero al tiempo se aburrirá y volverá a tirarte en el mismo desván, con la única diferencia de que ahora ya no eres tú, te convirtieron en lo que querían, y cuando, como los niños pequeños, se cansaron, buscaron otro juguete y se olvidaron de tí.

lunes, 3 de septiembre de 2018

Iluso

Llega un momento en el que ya no eres  capaz de aguantar la presión por un segundo más, llega un momento en el que te derrumbas sin remedio y tus lágrimas empiezan a rodar por tus mejillas, en ese momento de desesperación pones todas y cada una de tus esperanzas en que ese amigo en el que tanto confías te diga que sí, que no te preocupes, que él te ayuda. Hipocondríaco perdido esperas su respuesta, las lágrimas siguen fluyendo, el dolor no cesa, pero de repente el móvil vibra, desbloqueas la pantalla, lees la respuesta y comienzas a reír, te ríes de ti, de lo iluso y estúpido e inocente que has sido al pensar que le importan tus sentimientos, iluso al pensar que te cuenta sus planes, iluso al confiar en él. Te ríes porque ya estabas llorando y aunque sea una patada en el estomago y te deje completamente solo, tirado en una cuneta, no puedes llorar más. De todos modos, él no va a cambiar esos planes con otras personas, de los cuales te acabas de enterar, a cambio de ¿qué? ¿un amigo en el que puedes confiar? ¿que no mete mierda a tus espaldas? ¿que sí acepta tus opiniones aunque no sean las mismas que las suyas? No, tu amigo prefiere dejarte de lado y seguir con su cuento de hadas, pues todavía no se ha dado cuenta de que bajo esos disfraces de hada se esconden ogros.

sábado, 1 de septiembre de 2018

Culpabilidad

Los días van pasando, las semanas, los meses incluso, los encuentros son cada vez más distantes, la rabia aumenta y tu yo más vengativo toma el control. Harta de ser apartada, excluida e invalorada tomas la decisión: se lo merece.
Ahora empiezas a escuchar, unos comentarios que ni siquiera imaginabas posibles en esas bocas por aquí, otros por allá; y te das cuenta de que no eres la única sufriendo, que no eres la única que se ha hartado, que no eres la única que lleva demasiado tiempo callandose, y os unís con un objetivo común. Pasan un par de días y nada cambia, pasan un par de días y el plan va tomando forma, un par de días más y la decisión está tomada.
Y en vuestro intento de recuperar algo de la dignidad que os fue robada, a alguien se le va la lengua; incapaz de tomar un lugar en el frente, distorsiona la historia para hacerse con un lugar seguro, y pese a que con su traición condena a otra persona, no le importa, pues mientras ella tenga todo lo que quiere y cuando lo quiere, sin dar absolutamente nada a cambio y como siempre, sin dar la cara, todo va bien en su humilde opinión.
 Al final tú quedas como el culpable y la persona de la que te querías defender es la víctima, pero por alguna razón no te importa, de hecho, te gusta ser el culpable de este supuesto crimen, pues ha supuesto un cambio; prefiero insultos directos una vez al mes que la constante sensación de ser apartada por alguien al que en muchos momentos consideré mi amigo.

No puedo

Ya no puedo; no puedo ser esa que he sido siempre, esa que hace lo que le piden, esa que no se cuestiona el por qué de las cosas y lo hac...